La entrada de hoy va dedicada a las habilidades sociales que como ilustra el gráfico son muchas. Me gustaría ir desarrollando una a una y de manera gradual (una o dos por semana) en qué consisten y en qué nos pueden ayudar en nuestro día a día.
A lo largo de nuestra vida y en diferentes situaciones; ámbito familiar, laboral, festivo es inevitable el relacionarnos con los demás e interactuar, necesitamos comunicarnos. Está claro que no nacemos enseñados para hacerlo, es más no sabemos cómo hacerlo, con qué hacerlo ni con qué objetivo. Es entonces cuando aparecen las llamadas habilidades sociales: son el conjunto de conductas útiles para relacionarte satisfactoriamente con los demás. Son las aptitudes que los humanos utilizamos más habitualmente y que en mayor medida determinan nuestro grado de felicidad, pero paradójicamente también son las que menos nos hemos esforzado por estudiar y comprender. Quizás porque creemos que no hay nada que entender.
Pese a que hay mucha gente que se considera incapaz de desarrollarlas por frenos psicológicos como la timidez, la baja autoestima, la vergüenza, las habilidades sociales no son innatas. No hemos nacido programado de serie con mejores o peores habilidades,pero las podemos trabajar a lo largo de nuestra vida.
Podemos hablar a su vez de habilidades simples y complejas en función del grado de implicación al respecto y de su necesidad básica.
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